En la década de 1950 en países como Dinamarca, Finlandia, Suecia e Islandia nació un estilo de decoración de interiores llamado escandinavo o nórdico, haciendo alusión principalmente a su ubicación en el extremo norte de Europa y a su clima con temperaturas por debajo de los cero grados. Poco a poco este estilo se ha venido extendiendo por todo el territorio mundial hasta llegar a América, en donde ha captado miles de seguidores, sin importar que estemos al otro lado del globo y que nuestras condiciones climáticas sean completamente distintas a las de ellos.
Así que en este blog te contaremos seis características relevantes que posee y algunas cosas que necesitas saber si lo que quieres es renovar o agregar a tu hogar algo de él en tus espacios.
El blanco es la clave
Como protagonista estrella de todo este estilo está el color blanco, el cual es utilizado para pintar paredes, techos pero también en baldosas para los pisos, ya que buscan que aporte luminosidad, calidez, pero sobre todo amplitud al lugar. Seguido de esto, las tonalidades grises, beige, marrones y negras son usadas para hacer contraste y jugar con los elementos de decoración.
No obstante, si te gustan los espacios con un poco más de vida, los colores pop como el rosa pálido, azul, lavanda o verde menta son perfectos para detalles en las paredes y accesorios como ropa de cama, cojines o alfombras decorativas.
Mezcla texturas y materiales
La madera sin tratar es por excelencia el material predilecto en los países nórdicos, ya que es un componente que se consigue fácilmente por la zona, por lo tanto es usado en comedores, mesas de centro, sillas, camas y sofás. A esto se le suman la piedra, la cerámica, el mármol y los tejidos naturales como pieles sintéticas, lana y algodón, prevaleciendo ante todo los elementos hechos a mano.
Si lo que buscas es un look más moderno y actual puedes incluir decoración en latón, cobre o tener el ladrillo expuesto en las paredes o techos para aportar esa dosis de arriesgado que estás necesitando.
Cero recargado
Ordenado, elegante, limpio, sobrio, son algunos de los adjetivos que describirían al estilo escandinavo. Sin duda alguna esto no quiere decir que es aburrido o sin gracia, todo lo contrario, su simpleza en la decoración con fotografías en blanco y negro colgadas en las paredes, una biblioteca con libros cuidadosamente seleccionados, un sofá sin tantos cojines y que cada pieza que haga parte del espacio sea elegida con total conciencia, eso es lo que buscan sus adeptos.
Fotografía Scott & Scott Architects.
Así mismo, los patrones geométricos, las rayas y algunas curvas son totalmente bienvenidas en los hogares que prefieren este estilo y la razón es sencilla, añaden a sus ambientes ingredientes de serenidad y discreción.
Plantas y objetos restaurados
La conexión con la naturaleza es fundamental en este estilo, ya que es el componente vivo en el ambiente, así que tener plantas de interior de diferentes tamaños y formas en la sala, el baño o a la cocina permitirá que pases de estar en un espacio frío y sin vida a respirar y ver tu casa desde otro punto de vista.
Adicionalmente, se suelen usar objetos de manera no convencional y/o sacarlos de su contexto, donde la imaginación y la creatividad son el límite. Por ejemplo, convertir unas maletas en mesa de noche, utilizar unas estibas como cabecero de cama o una escalera como estantería.
Combinación de estilos
Algunos de los estilos con los que se puede aventurar y mezclar son el minimalismo, rústico, industrial, vintage y boho chic, que aunque suponen unas líneas de decoración muy diferentes y/o contrarias con destreza y talento se pueden lograr resultados grandiosos al fusionarlos.
Teniendo en cuenta esta idea no hay necesidad de casarse con un solo tipo de estilo, los especialistas se han propuesto trabajar con una cantidad de materiales como el cuero, croché, muebles antiguos y demás que permiten combinar y conseguir una decoración más personalizada y a gusto con elementos alternativos que se parecen más a lo que siempre has querido tener.
Mucha iluminación
Preferiblemente esta tendencia busca que se aproveche la luz natural en su máxima potencia, por lo que expertos en el tema recomiendan no cubrir las ventanas con ningún tipo de material y así dejar entrar la mayor cantidad de luz posible. Aunque, en la realidad sabemos que esto poco pasa y resulta mucho más atractivo tener cortinas en lino o materiales translúcidos que permitirán optimizar la iluminación del hogar.
Ahora bien, si la casa en la que vives no cuenta con suficientes fuentes de luz natural, no pasa nada, puedes incluir lámparas colgantes y de mesa grandes, puntos de iluminación por todas parte y hasta candelabros con velas para que al momento en que el sol se oculte tus espacios sigan transmitiendo vitalidad. Para todo lo que necesitas, visítanos en Easy o ingresa aquí: https://www.easy.com.co/
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